Día 17
Ya lo doy por perdido,
llevamos mucho tiempo a la deriva. Mi brújula la perdí después de aquel motín.
Hay una densa niebla que no nos da la ni la más mínima posibilidad de
orientarnos con las estrellas… en todos estos días han muerto muchos; tengo
temor de que muy pronto llegue mi hora…
Día 18
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La noche ha llegado, el
hambre me hace desear la carne de los tripulantes restantes… la dulce sensación
de masticar y tragar;… Lo he decidido, esta noche comeré al tripulante más
débil. En fin… va a morir…
Lo he asesinado, los
demás tripulantes me han visto con asombro y algunos con miedo. La sangre
corre, encenderé el fuego y comenzaré a destazarlo. Primero será su corazón
entre mis dientes, después sus pulmones, dejaré su cabeza para otro día. La carne
está muy flácida, pero solo puedo pensar en comerla ya…
Día 19
Una mañana fría… por fin
he saciado mi hambre hasta el extremo de ya no querer más. No dejo de pensar en
el delicioso sabor de la carne humana, aún tengo partes de las piernas y la cabeza, en la noche tendré que asesinar a otro. Mi razonamiento me dice que no
lo haga, pero mi instinto me dice: “mata y come…” No puedo evitarlo, es
delicioso; les hago un favor al acabar con su sufrimiento… sabrosa y deliciosa
carne humana…
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