martes, 12 de enero de 2016

¿Existes...?

"He perdido mi conciencia de realidad..."

Mi amigo y yo somos los mejores en lo que nos gusta hacer; jugar videojuegos. Siempre que salíamos de clases solíamos ir a mi casa a jugar. Me encantaban los videojuegos, mi género eran los de acción, muerte, asesinatos, y cosas por el estilo. Al entrar a casa le decía a mamá que David y yo estaríamos jugando, a lo que mamá me miraba con cara de extrañeza. Creo que no le caía bien David.
Un sueño que teníamos ambos era poder vivir todas esas misiones en la vida real, sentir la adrenalina de disparar, dar vida al videojuego. 
David siempre me decía que lo intentáramos, que fuéramos por las armas de papá; siempre terminaba negándome.
En la escuela solían molestarme, siempre se aprovechan de los inofensivos, me hacían las peores cosas y no decía nada ya que me iría peor. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras silenciaba mis sollozos en el baño. Creo que los videojuegos eran una ruta de escape a toda aquella ira que sentía hacía los de mi escuela.
Al salir ese día, estaba harto de la escuela, tenía enojo, ira; sólo quería llegar a jugar para despejarme. David muy pronto notó mi estado de ánimo e hizo una sonrisa, como si algo que él estuviera planeando fuera a dar resultado.
Al entrar en el cuarto, encendí la consola y me preparé para jugar; con cada personaje que moría, sentía una tristeza enorme. Las lágrimas volvían a salir.
David me miró en silencio y preguntó: "¿Fueron otra vez ellos?" yo afirmé con la cabeza.
Se puso en frente de mi y dijo: "creo que es hora" yo entendí al instante. Me levanté y fui al cuarto de mis padres, busqué las armas donde las tenía mi papá y las guardé en mi mochila. Cuando regresé a mi cuarto, David estaba sentado en mi cama y me hizo señas de que durmiera. Me tendí sobre la cama y un sueño profundo abrazó mi mente y mi cuerpo, solo escuché un susurro que me decía: "mañana cumpliremos nuestro sueño."
En la mañana me levanté, preparé mis cosas y varios pensamientos rondaban mi mente.
Justo antes de entrar a la escuela pude ver a David que se acercaba, le sonreí y me dijo que entraría conmigo. Estaba contento ya que David nunca entraba, pero todo eso se esfumó cuando vi a los que me molestaban, el odio, la ira y el enojo regresaron. David me dijo que ya era el momento.
Abrí mi mochila y saqué las armas, sin dudar comencé a dispararles, no creía que por fin lo estaba haciendo... Profesores  y alumnos corrían con pánico, el caos era hermoso, se sentía mucho mejor que los videojuegos, las sensaciones eran inexplicables; amaba lo que estaba sintiendo.
Terminé por asesinar a los que solían burlarse de mi, esos que me golpeaban e insultaban. Disfruté ver sus caras de horror, casi implorando piedad.
Mientras aminaba por los pasillos disparando, David caminaba a mi lado, él me decía a quién matar y a quién no.
La adrenalina se había convertido en mi adicción, ansiaba más y más, pero lastimosamente las municiones no eran infinitas (como en algunos videojuegos), al percatarme que ya casi no tenía, me resguardé en el salón principal.
David me volteó a ver y me dijo: "Bien hecho"
"Lo que hicimos fue grandioso, ¿no crees?" respondí con una sonrisa.
Su semblante cambió, me miró con suspicacia... "¿lo que hicimos?... Es lo que hiciste"  respondió.
Al escuchar eso, mi emoción desapareció y me dí cuenta del mal que había hecho; una lágrima salió de mi ojo y sangró la nariz.
Volteé con cara de tristeza y respondí que si no estábamos juntos en esto.

"Te equivocas, solo fui una ilusión creada por tu desesperación y ansias de matar, nunca existí, nunca estuve aquí, solo tú y tu locura. ¿Porqué crees que tu mamá te miraba con extrañeza cuando le decías que jugarías conmigo? En realidad jugabas tu solo, siempre fuiste tú; nací de tu mente para lograr hacer lo que querías. ¿No te sientes mejor ahora, no estás satisfecho? Tu sueño se cumplió y ahora que ya todo está terminado puedes seguir alimentando tu locura... Ya no me necesitas y lo sabes.
¿Cómo terminaras tu obra maestra, cuál será la acción que concluya con esto? 
Al final todo es efímero, todo muere, es el ciclo de la vida y sabes muy bien que no hay nada mejor que darles un empujón. ¿Porqué no matarlos si de todos modos van a morir?
La decisión final está en ti, ¿cómo terminarás todo esto, con lo efímero o con lamentos?
Mis palabras son tuyas y mi existencia también. no tengas miedo de lo que he dicho... porque al final
yo soy tu."

Al terminar de decir estas palabras, David se desvaneció con aquella sonrisa macabra... Él tenía razón, todo fue un capricho, un sueño... yo anhelaba hacer esto, pero todo lo que comienza tiene su fin.
Agarré el arma y la introduje en mi boca, cerré los ojos y lo único que pensaba era en todo lo que había concluido; Me iría de este mundo lleno de felicidad.
Me preparé para dar el gran final a lo que había iniciado, aquel pensamiento tocó mi mente:

"La vida es efímera, lo efímero es vida"

Lo último que escuché fue la detonación del arma.

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